Claves: La despoblación rural

La disminución del número de habitantes en las zonas rurales, sobre todo en los municipios pequeños del interior del país, es uno de los problemas demográficos más importantes a los que se enfrenta España. La despoblación rural no solo acarrea el descenso de habitantes en estas zonas sino también el colapso de sus estructuras sociales, económicas y culturales.

¿Cuáles son las causas de este fenómeno?

Fundamentalmente, la emigración masiva de población hacia ciudades o zonas industriales en busca de trabajo y mejores oportunidades. La mecanización de la agricultura, la falta de infraestructuras y una visión centralista del desarrollo han agravado este éxodo, que se inició en los años 50 del pasado siglo y desde entonces ha ido vaciando progresivamente el campo.

¿Qué regiones españolas son las más afectadas?

Las provincias de Soria, Teruel, Cuenca, Zamora y Lugo encabezan la lista. En muchos de sus municipios, la densidad de población es inferior a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, umbral que la Unión Europea considera como de riesgo extremo de despoblación.

¿Es un problema exclusivo de España?

No, la despoblación rural es un fenómeno de buena parte del sur y del este de Europa. Sin embargo, en España su intensidad y persistencia son más graves por la baja densidad de población y la extensión del territorio afectado.

¿Por qué este asunto es grave, más allá de la despoblación?

El campo es fuente de alimentos, regula el clima, preserva la biodiversidad y vertebra el país más allá del centralismo. Su abandono acarrea el deterioro de los servicios públicos, la desaparición de las culturas locales y el aumento del riesgo de incendios forestales. También compromete la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la cohesión territorial.

¿Qué papel han jugado en este asunto las políticas públicas?

Las políticas han sido, en muchos casos, reactivas y discontinuas. El modelo de concentración de servicios en áreas urbanas y la escasa inversión en el mundo rural han contribuido a perpetuar el desequilibrio. El Gobierno ha creado la Secretaría General para el Reto Demográfico y ha aprobado planes específicos, como la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico o algunas iniciativas dentro del Plan de Recuperación financiado con fondos europeos. Sin embargo, la ejecución y el impacto real de estas medidas siguen siendo dispares.

¿Qué proponen quienes viven en estas zonas?

Más que subvenciones puntuales, exigen una estrategia integral: conectividad digital real, incentivos fiscales, transporte público, educación y sanidad garantizadas, protección del suelo agrícola y apoyo a la economía local. Algunos territorios están logrando revertir la tendencia gracias a proyectos cooperativos, nuevas formas de emprendimiento rural y la atracción de población foránea.